A más de 15.000 kilómetros de Río de Janeiro, donde Brasil y Argentina juegan este sábado la final de la Copa América, la pasión por los dos gigantes del fútbol sudamericano con frecuencia alcanza límites desmedidos.
En una zona rural de Bangladesh, en el sudeste asiático, la policía ha tenido que prohibir las aglomeraciones para la final después de disturbios y enfrentamientos entre los aficionados.
La rivalidad entre los seguidores de la verdeamarela y la albiceleste viene de lejos en el país sudasiático.
Y este miércoles, después de certificarse el pase a la final de ambos equipos, las disputas convulsionaron.
Empezó con una discusión entre dos fanáticos sobre qué país juega mejor al fútbol. Al rato, el intercambio de opiniones se convirtió en una batalla callejera.
Fuente:BBC