Tras el 1-1, el conjunto de Ancelotti se impuso 4-3 y pasó a las semifinales de la Champions League
La tercera eliminatoria consecutiva entre Real Madrid y Manchester City nos trajo la cuota de suspenso y vibración que faltaba: una definición por penales, la incertidumbre estirada hasta donde es posible. El espectáculo entre estos dos colosos va ampliando su oferta, la tensión nunca disminuye, la expectativa está asegurada. La del 2022 quedó grabada por la histórica remontada del Madrid en el Santiago Bernabéu. Al año siguiente, el City arrolló con un 4-0 en el Etihad Stadium. De cada serie surgió el que luego fue campeón de la Champions League.
¿Y ahora? Real Madrid, un gladiador en los 120 minutos para resistir a un City que atacó hasta la extenuación, pero sin la pegada necesaria, sacó a relucir otra faceta de un señor equipo, al que no le da vértigo desfilar por la cornisa de los penales. Nunca arruga, su fuerte personalidad va por delante de todo. Tras el 1-1, el conjunto de Carlo Ancelotti -otra muesca en su formidable carrera- se impuso por 4-3. En semifinales, la 33a de su historia, se encontrará con Bayern Munich, otro titán, que llegó por 22a vez a la instancia previa de la final después de superar 1-0 a Arsenal.
Julián Álvarez ingresó en el suplementario. Pep Guardiola lo mandó a la cancha tras una encendida arenga, en sustitución de Erling Haaland, que por cuarto cotejo no le pudo marcar a Real Madrid. A la Araña le tocó moverse en medio del grueso entretejido defensivo del rival. Tiró desmarques, se ofreció para las descargas y en la última jugada del encuentro pudo sacar un remate, controlado por Lunin.
A Álvarez le tocó iniciar la serie de penales. Puso el 1-0 con un disparo abierto que no adivinó Andriy Lunin, convertido minutos más tarde en la gran figura -en los 120 ya se había anotado con varias atajadas- al contener los remates de Bernardo Silva (al medio del arco) y de Mateo Kovacic. “Es fútbol. En otro deporte hubiéramos ganado por estadísticas, pero esto es fútbol. No sé qué más tendríamos que haber hecho para ganar. Felicito a Real Madrid por su capacidad para resistir”, expresó un resignado Guardiola.
El dominio del City fue más pronunciado en el segundo período. Se jugó decididamente en campo del Madrid, que apenas si pudo armar una réplica con Valverde y Vinicius. Las atajadas de Lunin ya fueron más frecuentes. Guardiola hizo un cambio sin modificar el esquema: Jeremy Doku por Grealish, que había hecho un gran desgaste. Carvajal debía frenar ahora al zigzagueante extremo belga, que en un desborde sacó un centro devuelto por un corto rechazo de Rudiger; la pelota le quedó justo a De Buyne para definir con un fuerte remate. Iban 31 minutos y el City encontraba un premio merecido, por el que había trabajado arduamente. De Bruyne, que se había perdido el cotejo de ida por una indisposición estomacal, tuvo el triunfo con dos disparos que se le fueron desviado. La última jugada antes del alargue fue un símbolo de los 90 minutos: ¡córner N° 15 para el City!. El Madrid recién tuvo el primero a los 15 minutos del primer tiempo del suplementario, con una derivación que puso a Rudiger en situación de marcar el segundo, pero su remate salió alto. Hacía un rato largo que el Madrid no se asomaba hasta el área de Ederson.
Fuente: LaNacion